Todo esto fue gracias a un regalo que no era para mí.

A mi padre por su cumpleaños le regalaron una cámara de video (la típica), él realmente estaba emocionado porque rompimos con la rutina de regalarle siempre ropa.

Lo que él no sabía es que desde el momento que relacioné que el parpadeo rojo de la cámara significa que está grabando, dejó de poseer su regalo.

Mi familia volvió al plan de regalarle sólo ropa.

De esa historia ya habrán pasado 15 años y aún sigo enamorado de aquella cámara, y ahora lo comprendo.

Los días pasan, yo crezco, él se fue y la cámara sigue.

El video siempre sigue.

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                                                       Ya me lo agradecerás.

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